Aqui donde se escriben las palabras
yacen los recuerdos y fantasias
de un pobre sujeto abatido por el miedo.

Desde lo profundo de las arenas
bajo el mismo sol todos los dias
su vida ha partido.

Se ha protejido tras el cristal
ha mordido su lengua, no ha dormido;
para no soñar nunca más.

Conoció el aroma del viento
a traves de las nueve noches,
como árbol sus raices no tomarón vida,
nunca supo como escribir, nunca comprendió,
nunca preguntó, nunca supo sacrificarse,
pero dió su felicidad para los demás,
tomó su vida como un trago amargo
y cayó sobre las aguas tormentosas
provocadas por sus lágrimas,
esperó más de la cuenta...
y se ahogó.

Ahora mira bajos sus pies
y nada puede hacer.