Cuando el viento congele tus huesos
y las campanas esten sobre tí,
el tiempo comenzará a detenerse
y al tratar de correr
tus piernas caerán
mientras tu cuerpo es aplastado por tu inmundo corazón.
Tus pensamientos serán navajas
que cortarán tu sangre,
tus venas rios de felicidad,
y mientras el dolor se confunda con la agonía de la vida,
sentirás como tus manos y sueños
te abandonan por un dios que te ha dejado sufrir
y ha formado un paraíso contus ilusiones.
De nada sirve vivir, si la muerte es la
satisfacción de la vida.