Tengo una razón extraña
para arrancar la piel de mi cuerpo
conocer el limite de mi estupidez
comer de mi propia carne,
escupir y beber mi sangre.
Mi alma quiere abrazar
las suaves llamas;
tenderme sobre mi tumba
y sentir la putrefacción,
pero no puedo,
tengo mi mente incrustada
a un recuerdo, una imagen proyectada
que tortura mi ser;
se presenta, cada vez que estoy feliz con su sonrisa
¿lo hace por qué me quiere? ¿para qué sufra?

Maldición ya no lo soporto
vete de mis pensamientos,
deja mis ojos descanzar;
tengo una extraña razón...
y eres tú.