En las muchas historias versadas sobre mi
nunca se mostró el difícil camino de la miseria;
fue en este sendero donde escuché tu voz
era un niño llorando allá a lo lejos
en lo vasto de la vida.
Siento los días vacios con mi dolor
mis manos sólo lluvia
una nube pasajera entre mis dedos
una imagen adornada de toda razón.
Desde tierras lejanas a Dios
donde príncipes sueñan con sus reinos
viajé para disolver mis confusiones;
limpiar mis ojos y terminar lo que nunca comencé.
Ahora la edad muestra el dolor en mis ojos
nunca te quise tener, pero tu voz me salvó.
Aún sigo perdido en mis pensamientos de antaño
donde las respuestas y la gloria giraban a mi alrededor
ahora veo caer los bellos momentos junto a ti
como un fantasma que no puede marchar.
Dejé atrás ese frio en mis ojos que no conocía
(aunque ellos aún tratan de acompañarme)
Sacié mi necesidad de ti, arrancándote de mis manos.
Dejé caer la sangre
se derramó hasta el final
se consumió en el ardor del fuego
se consumió con el último respiro de la batalla.< t